Así como el aumento de la densidad de población de nuestras ciudades conlleva que habitemos ambientes de menor tamaño y con menor separación entre sí; la necesidad de aislamiento social por la pandemia trajo aparejados muchos cambios de hábitos y estilo de vida. Esto implica que, al pasar más tiempo en casa, empecemos a prestar atención a ruidos que previamente pasaban desapercibidos, eran relativizados, o efectivamente no eran  contaminantes. El principal aspecto que se vio modificado es nuestra percepción del confort acústico dentro de nuestro propio hogar.

El auge obligado del trabajo a distancia, la necesidad de reuniones online, y la búsqueda de un espacio que nos provea la concentración necesaria para realizar algunas de esas tareas puso en relieve cuán lejos estamos de los estándares de calidad acústica mínimos. Empezamos a percibir con mayor frecuencia eventos sonoros que se relacionan con la actividad generada por nuestros vecinos y cobró importancia este contaminante muchas veces oculto. A esto se le suman las actividades que exceden a nuestro trabajo muchas de las cuales solíamos realizar por fuera de nuestro hogar en condiciones normales-, como por ejemplo los ejercicios físicos; o aquellas que por la propia costumbre no ocurrían o solo lo hacían esporádicamente, como escuchar música a niveles elevados, o la convivencia de la familia completa dentro de la vivienda en espacios pequeños en los que habitualmente solo estaban para comer y dormir. Estas situaciones muestran la relevancia de un aspecto a veces olvidado que empeora nuestra salud y no es solo una cuestión de confort: el aislamiento acústico.

UN VACÍO LEGAL

En Argentina, no existe una ley que regule el nivel de aislamiento acústico que deben cumplir las construcciones. A su vez, el enfoque primario en otros tipos de contaminantes deja muy relegadas a las capacidades acústicas de los tabiques, ya que, un tabique que funciona muy bien como aislante térmico puede no serlo acústicamente. Esto deriva en mucha volatilidad en cuanto a la calidad acústica de cada ambiente. La única aproximación a una regulación es la aplicación del anexo específico para locales con potencial de generar contaminación que deben cumplir con cierto nivel de aislamiento dentro de la ley 1540 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires [1, 2]. Sin embargo, esto está enfocado principalmente en la contaminación acústica generada al ámbito exterior y, por lo tanto, no resuelve problemas con vecinos linderos. Por otro lado, dicho anexo atañe sólo a posibles emisores sonoros contaminantes por su tipo de actividad pero no establece aunque sea mínimos criterios de aislamiento acústico a cumplir entre ambientes con mayor o menor sensibilidad según el tipo de uso.

De cualquier manera, aún cuando no tenga fuerza de ley, si existe en nuestro país una norma de calidad acústica que recomienda niveles de aislamiento in situ -es decir, a cumplir en una situación real y no sólo en laboratorio- dependiendo del tipo de ambientes que conecte cada tabique. Aún más, también recomienda niveles de aislamiento a impacto sonoro, lo cual es un aspecto cada vez más relevante por la existencia de espacios comunes o amenities en los edificios, que muchas veces son linderos con ambientes muy sensibles (ej: gimnasios por encima de dormitorios). La norma mencionada es la IRAM 4044, cuya última versión es del año 2015 [3]. En la Tabla 1 se detalla un extracto con algunos de los niveles R’w -índice ponderado de reducción sonora medido in situ -establecidos como ejemplo.

Tabla 1: Extracto de valores mínimos de aislamiento in situ establecidos por la norma IRAM 4044.

DESCRIPCIÓN

ESCALA I

VIVIENDAS UNIFAMILIARES  y MULTIFAMILIARES

R’w  (dB)

Entre unidades funcionales de un mismo edificio

50

Entre unidades funcionales de edificios linderos

50

Entre departamentos y espacios de uso común (escaleras, circulaciones)

50

Entre habitaciones y sala de ascensores

54

Entre habitaciones de una misma vivienda o unidad funcional (sin puertas ni ventanas en el tabique divisorio)

42

Puertas

27

Entre viviendas o unidades funcionales, y locales públicos (no incluye salones de fiestas, de baile o cualquier otro uso que requiera el empleo de música para su actividad)

54

Por otro lado, si hablamos de oficinas y espacios de trabajo también podemos considerar lo estipulado por normas de calidad y certificaciones que empiezan a tomar forma de requerimientos básicos para cierto estándar de empresas. Este es el caso de la norma LEED [4], que posee un ítem referido puntualmente a la acústica y, entre otros aspectos, al aislamiento acústico. Si tomamos en cuenta lo establecido por la última versión 4.1, los índices requeridos -establecidos en STC (Sound Transmission Class) medidos o calculados según condición de laboratorio- también son exigentes y no es común encontrar niveles en las oficinas existentes que sean siquiera cercanos.

Tabla 2: Extracto de requerimientos de aislamiento acústico según la norma LEED v4.1.

Combinaciones de uso del espacio adyacente

 STC

Multiuso / Colaborativo

 Escalera/Lobby

25

Confidencial

 Escalera/Lobby

50

Privado

Privado

45

Sala de máquinas

Área ocupada

60

SOLUCIONES DE AISLAMIENTO ACÚSTICO

Las soluciones de aislamiento acústico generalmente son difíciles de llevar a la práctica a posteriori ya que implican importante trabajo de obra. Por lo tanto, son mucho más efectivas y eficientes cuando son calculadas y diseñadas de antemano, no sólo en términos acústicos, sino también económicos.

Existen muchas posibilidades constructivas, tanto en seco como húmedas, y elementos accesorios que aumentan el nivel de aislamiento y desacoplan los tabiques de la estructura principal, disminuyendo la transmisión también por otras vías secundarias.

Aun así, en la realidad muchas veces estas condiciones iniciales no existen y debe actuarse sobre un tabique de base ya construido. Por lo tanto, las opciones recaen en dos vías posibles: realizar un nuevo tabique como cara final (generalmente con materiales livianos) o aplicar materiales directamente sobre el muro existente.

En este último sentido, el nuevo material Fonac Block, se presenta como una posibilidad de mejora sencilla a tabiques débiles sin la necesidad de realizar una obra de envergadura. A su vez, es importante remarcar que puede limpiarse fácilmente gracias a su terminación con un film de PU.

Esteban Zanardi
Ing. de Sonido – UNTREF
Depto. Ingeniería Acústica – Decibel Sudamericana S.A.

[1] Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “Ley 1540: Control de la contaminación acústica en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, 2004.

[2] Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “Decreto Reglamentario 740/07 – Reglamentación de la ley 1540”, 2007.

[3] IRAM 4044:2015 – Acústica. Protección contra el ruido en edificios. Requisitos de aislamiento acústico mínimo. Método de medición y clasificación. Cerramientos y aberturas, verticales y horizontales.

[4] LEED ID+C: Commercial Interiors v4.1, https://www.usgbc.org/leed/v41.

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